La cebolla es el bulbo de la planta bienal Allium cepa, uno de los cultivos mas antiguos e importantes a nivel mundial.
Parte de su gran éxito es debido a que se ha adaptado a múltiples condiciones de suelo, temperaturas y horas de sol.
Bajo este ultimo criterio las variedades de cebolla se pueden clasificar como de fotoperiodo corto, intermedio, y largo. Lo que determina la época del año en que se siembran así como el tiempo necesario para realizar la cosecha.
La cantidad de horas de luz recibidas por la planta es uno de los factores mas importantes en la formación del bulbo, la parte comestible, por esto las variedades de fotoperiodo largo requieren menos dias para madurar.
En el año 2023 se alcanzo una producción mundial de 47, 625,853.48 según datos de la organización Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
México produjo en el año 2023 1,802,137 toneladas de cebolla lo que logro posicionarlo como el productor decimo quinto a nivel mundial.
A nivel nacional los mayores productores de cebolla fueron Chihuahua, Guanajuato y Baja california con una producción de 453,494, 223,638 y 138,976 toneladas respectivamente.
El estado de Chihuahua fungió como el principal motor productor, ya que aporto el 18.1% de la producción nacional, la producción estatal en el 2023 represento un valor de dos mil 414 millones de pesos.
A lo largo de la cadena que lleva la cebolla del campo a la mesa, se suceden varios procesos importantes
Cosecha
Como regla emperica, se suele cosechar cuando aproximadamente un 90% de las plantas dentro de una cama de cultivo han doblado su falso follaje.
Curado
Proceso fundamental para la conservación de la cebolla, se trata de la desecación parcial de las capas externas, o catáfilas de la cebolla.
Selección
Después del curado, las cebollas son llevadas a plantas seleccionadoras donde se calcifican de acuerdo a ciertos estándares de calidad, se descartan los que no cumplan con estos y se desechan las capas externas de la cebolla.
Consumidor final
Es un producto que generalmente se consume en fresco, y durante su preparación, el consumidor final retira varias capas externas, lo que incrementa el volumen del desperdicio
Anualmente un porcentaje no contabilizado de la producción se desecha como basura
Esto constituye un grave problema, ya que no solo refleja una ineficiencia en el sistema productivo, sino que también genera un impacto ambiental significativo debido a la acumulación de residuos, los cuales se convierten en una fuente relevante de contaminación.
Desde la antigüedad, se conocen las propiedades medicinales de la cebolla, estas propiedades son consecuencia directa del contenido de compuestos bioactivos. Dependiendo de la parte de la cebolla van a depender los compuestos bioactivos.
Como consecuencia a su función protectora, las capas externas son ricas en compuestos fenólicos, por ejemplo quercetina, con propiedades antimicrobianas y antioxidantes.
Evita la oxidación de componentes alimenticios, como grasas, aumentando la vida de anaquel de productos alimenticios, adicionalmente inhibe el crecimiento de microorganismos (principal causa de deterioro de los alimentos)
Puede utilizarse como agente activo en productos bactericidas y desinfectantes, gracias a su contenido de compuestos con propiedades antimicrobianas
Las capas externas de la cebolla contienen una alta concentración de compuestos responsables de su sabor y aroma característicos, lo que las convierte en una fuente potencial para el desarrollo de saborizantes naturales.
Reducción de residuos y aprovechamiento integral del cultivo: Disminuye el desperdicio generado en el proceso de selección, promoviendo un uso más eficiente de la cebolla.
Fuente de compuestos bioactivos de alto valor: Contienen antioxidantes, flavonoides y compuestos azufrados con aplicaciones en alimentos, cosméticos y productos farmacéuticos.
Desarrollo de productos funcionales y sostenibles: Permite crear saborizantes naturales, agentes antimicrobianos y materiales biodegradables con valor agregado.
Impulso a la economía circular y al cuidado ambiental: Favorece modelos productivos sostenibles que reducen el impacto ambiental y fortalecen el aprovechamiento de subproductos agroindustriales.